La guerra fría del agente Kim Philby, el espía traidor ( Lectura de verano I).

Con esta publicación voy a dar comienzo a una serie de entradas relacionadas con mis lecturas de verano que iré numerando. La temática literaria será bastante variada así que encontraréis críticas y análisis de distintos géneros. Espero que alguna os llegue especialmente y os anime a explorar un poco en las librerías o a ampliar la lista de ebooks. En este primer título nos adentraremos en un apasionante ensayo biográfico escrito por Ben Macintyre llamado Un espía entre amigos. La gran traición de Kim Philby.

Portada del libro de espías 'La gran traición de Kim Philby' publicado por la editorial Crítica.
Portada del libro de Macintyre ‘Un espía entre amigos. La gran traición de Kim Philby’, publicado por la editorial Crítica.

 

¿Qué podemos esperar de este libro ambientado en la primera mitad del siglo XX? ¿Es tan aburrido como parece? ¿Aporta algo diferente que cualquier documental histórico de la cadena 2 de TVE? Pues bien, en mi opinión estamos ante uno de los trabajos mejor documentados y escritos de estos últimos años. Su autor, Macintyre, se encarga de mostrar desde la primera página su absoluto dominio del tema ofreciendo continuos detalles y anécdotas del mundo del espionaje, muchas de ellas insólitas.

Por otra parte, lo que diferencia a esta obra de otros textos similares más densos y plomizos a la hora de leer es su enfoque cinematográfico. El libro recurre a flashbacks y desvela la información y las sorpresas relevantes de una manera muy dosificada para mantener la tensión en todo momento siguiendo el ejemplo del maestro John Le Carré y compartiendo además protagonistas espías, pero esta vez con sus nombres y caras reales.

Los espías al servicio de su Majestad y de la Madre Rusia

Los espías más relevantes que aquí se encuentran son Kim Philby y Nicholas Elliott, amigos íntimos y compañeros inseparables del MI6, pero cada capítulo se encarga de ampliar el elenco con multitud de agentes secundarios aunque no menos relevantes como el jefe de la CIA James Jesus Angleton, el escritor y espía Graham Greene, el padre del actor Peter Ustinov, Jona von Ustinov, un valioso diplomático que luchó desde dentro del régimen nazi haciendo de agente doble, Ian Fleming, autor de la saga de James Bond o Guy Burgess, el cómplice homosexual prosoviético que también consiguió infiltrarse en el Servicio de Inteligencia Secreto británico a pesar de su comportamiento extravagante, vividor y dicharachero.

 

El espía Guy Burgess descansando a la hora del té en 1932
El espía Guy Burgess en 1932.

Un espía entre amigos se encarga de desmenuzar las peligrosas misiones de todos estos personajes durante prácticamente 30 años plagados de conflictos bélicos y operaciones encubiertas. Los pasos de Philby guian al lector a través de la Guerra Civil Española en un supuesto intento de asesinar a Franco, durante la Segunda Guerra Mundial con sus distintas facciones rebeldes alemanas y finalmente durante el periodo por excelencia del espionaje y del contraespionaje, La Guerra Fría.

Por si esto fuera poco, a estos periodos se les suman las fascinantes descripciones de las ciudades hervidero de aquellos momentos, núcleos donde se captaban a nuevos reclutas, se convencía a desertores, se planeaban emboscadas, secuestros y asesinatos o se robaban informes tácticos para sacar ventaja, como es el caso de la célebre Operación Cicerón.  Berlín, Beirut, Bruselas, Madrid, Estambul o Washington son algunas de estas localizaciones que consiguen atraparte con sus inquietantes ambientes y su contexto geopolítico.

¿Quien fue Philby?

Sin embargo, posiblemente el aspecto más estimulante de este libro de espías es el propio Kim Philby. Conocer los trapos sucios de este hombre a lo largo de toda su carrera y los vínculos estrechos que guardaba con sus amigos de Cambridge de toda la vida hacen de estos hechos algo sumamente maquiavélico. El lector a menudo se preguntará por el motivo que llevó a este dandi británico a arriesgarlo todo, familia, vida y amigos por una causa abstracta que se percibe como una creencia inexistente y vacua a lo largo de estas páginas construidas por Macintyre. Entender esta mente tan compleja es uno de los atractivos que más me han llamado la atención de este libro junto con su curioso desenlace.

Kim Philby con reporteros en su declaración de 1955.
Kim Philby en la rueda de prensa de 1955 celebrada en su casa de Londres.

Si bien es difícil confirmar una causa o un motivo concreto para esta gigantesa traición, el autor se aventura a dejar ciertas pistas o posibles explicaciones gracias a los testimonios y a las experiencias recogidas directamente de los peces gordos del MI5, del MI6, del FBI y de la CIA, porque sí damas y caballeros, estamos hablando de uno de los casos más sonados sobre filtraciones de archivos secretos en toda la historia del mundo del espionaje. La sombra de Kim Philby fue larga y sus tentáculos se llegaron a extender tanto por una razón muy sencilla de entender, se trataba de un tipo carismático que siempre conseguía hacer sentir bien a los demás, era intenso, vicioso y divertido cuando debía serlo y formal, respetuoso y estricto cuando se lo exigían sus superiores.

La ambición y el ego son otros factores importantes que conforman el perfil de este individuo. Macintyre describe a Philby como un jugador que debe ser el centro de atención para todos los que le rodean, sin embargo su ludopatía no tiene que ver con el dinero, sino con el riesgo. Este es uno de los puntos clave que hay que asimilar para tener una visión correcta de cualquier espía. Tanto en El espía que surgió del frío como en Un espía entre amigos se llega a la misma conclusión desmitificadora que rompe con la galantería y el romanticismo que el cine y la ficción en general nos han dejado en lo referente a estos personajes.

La labor de un espía implica mancharse las manos, engañar, recabar información para un país que la usará en contra de otro, aprovecharse de inocentes e ingenuos, prostituirse y ejecutar o condenar fríamente a personas que han realizado las mismas acciones que tú pero desafortunadamente para el bando equivocado. Hay poco honor y glamour en estos estilos de vida, pero sí existen emociones fuertes y grandes dosis de adrenalina y esto es precisamente lo que mueve realmente a muchos agentes aparte del patriotismo.

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