Las 10 ventajas de la impresión en 3D o cómo imprimir el mundo

 

Impresión de busto en 3D de la exposición. Fundación Telefónica

Que vivimos una nueva revolución tecnológica no es algo nuevo, desde la entrada de internet y de los smartphones en nuestra vida consumimos y programamos los horarios con una mayor meticulosidad, comparando todas las ofertas que nos muestran los blogs, las apps y las web e-commerce. La manera de relacionarse también ha cambiado considerablemente gracias a las redes sociales y a las propuestas de las citas online pero hay un avance que está empezando a cobrar fuerza y que quiero destacar especialmente en este post, y ese es el de la impresión en 3D.

La exposición 3D en Telefónica

Para hacer esta ardua tarea he querido documentarme todo lo posible visitando la exposición que amablemente ha montado la Fundación Telefónica en su cuarta planta, os la recomiendo encarecidamente, pasaros en cuanto podáis antes del 22 de octubre si queréis aprender como yo hice. En este recorrido tecnológico, el espectador podrá apreciar las ventajas y maravillas que ha supuesto este invento en campos como el arte, la medicina, la arquitectura, la comida o el transporte. Para ilustrar todos los usos, los comisarios de la exposición Carmen Baselga y Héctor Serrano han dispuesto en distintas salas ejemplos muy gráficos de este nuevo mundo 3D alternativo, el cual se plantea como solución a algunos males y costes que padecemos hoy en día.

Quizá el caso más impresionante y positivo sea el de la iniciativa Project Daniel de Not Impossible, la cual consiguió devolver la esperanza a un niño sudanés que con 14 años perdió las manos por culpa de la explosión de una bomba. Daniel Omar tuvo suerte y fue elegido por el productor de cine y filántropo Mick Ebeling, que conmovido por la historia quiso echar una mano, literalmente.

Las prótesis diseñadas por las impresoras 3D fueron claves en el proyecto y permitieron al chico poder volver a comer en condiciones sin depender más de nadie. Este logro a la larga llevaría a Ebeling y a parte de su equipo a crear el primer taller dedicado exclusivamente a enseñar cómo construir prótesis en 3D.

Los usos en la medicina y en la rehabilitación o las prácticas terapéuticas han supuesto posiblemente el mayor empuje para esta tecnología, ya que la ciencia siempre está buscando nuevas maneras de sanar y de cuidar al ser humano evitando cualquier tipo de dolores. El alcance del 3D llega hasta la construcción de tejidos de piel humana para su transplante o de la fabricación de sangre para las reservas y las transfusiones. Muchos se sorprenderán al saber que estos pequeños milagros han sido posibles gracias al desarrollo de una bioimpresora de un grupo de investigadores españoles.

Sangre y tejidos de piel impresos en 3D.

A esto se le suma también el ejemplo de UNYQ AlignTM, que ha sabido aunar la moda con estilo y los tratamientos contra la escoliosis, que produce curvaturas anormales en la columna dorsal. Mediante un catálogo de covers prostéticos se ha podido ofrecer a los pacientes y clientes un producto personalizado, moderno y fácil de llevar del que estar orgulloso sin necesidad de avergonzarse cada vez que se sale a la calle facilitando la movilidad. En la exposición de la Fundación Telefónica podréis encontrar varios modelos como estos.

Corsé y prótesis para piernas hechas en 3D.

¿En qué consiste la impresión 3D?

Para empezar a explicar las ventajas de esta nueva tecnología es recomendable aclarar las bases y los objetivos que se han marcado en primer lugar. Los profanos en este asunto podrán comprenderlo más fácilmente si recurro a la comparación del bit con el átomo. La información contenida en un bit digital es la que hace posible el proceso de impresión traspasando el campo de lo virtual a lo físico y a lo real y palpable. Este hecho supone una perspectiva completamente insólita para los fabricantes, las pymes, los trabajadores, los distribuidores, los compradores o los usuarios de todo el planeta.

Gráfico del reparto mundial en la impresión 3D.

Si bien no es la primera vez que se habla de la impresión en 3D, los pasos que estamos viviendo en estos últimos años han sido agigantados. No obstante, los primeros experimentos que involucraron estos términos se produjeron en los años 60, aunque bien es cierto que no fue hasta la llegada de la década de los 80 cuando los científicos y los genios informáticos empezaron a darle un desarrollo similar al que entendemos en la actualidad. Fue el estreno de la impresora SLA-1 de 3D Systems la que dio el pistoletazo de salida en las vías comerciales con el planteamiento de la fabricación aditiva.

Otro aspecto esencial que va unido al éxito de la impresión en 3D es la democratización que se está haciendo de este tipo de tecnología, poniéndola al alcance de las familias y de los empresarios emprendedores que quieran apostar por el futuro más beneficioso, cómodo y efectivo ahorrándose los gastos innecesarios y tratando directamente con el cliente explotando al máximo sus gustos o preferencias. Una vez visto esto hay que tener en cuenta una serie de ventajas que aporta este método, que bien puede sonar irreal para los más analógicos que recelan de los ordenadores.

Los 10 principios de la exposición ‘3D Imprimir el mundo’. Pedro Plasencia

1. La complejidad no equivale a un mayor coste

Por mucha dificultad que presente la forma o la estructura que se quiera dar con la impresora 3D, el material implicado será el mismo y aunque sea un pedido personalizado el precio se mantendrá fijo. Esto se debe a que en el proceso de esculpir el producto lo que se va a extraer y transformar es un bloque estándar dividido en partes deshechables y utilizables. Los desperdicios además tienen la ventaja de resultar biodegradables en su mayor medida y no perjudican tanto el medioambiente como los utilizados en las industrias clásicas.

2. La variedad en el formato 3D sale gratis

Una sola impresora 3D es capaz de fabricar múltiples formas variando el resultado en cada uso que se hace de ella. Esto supera las capacidades de las máquinas limitadas imitando el talento de los artistas, dando un toque más humano y variable pero en menor tiempo que el empleado por un artesano. Tampoco se requiere la reinversión y modernización de la maquinaria y de los empleados para conseguir estos productos especializados.

3. Las obras hechas en 3D no precisan ensamblaje.

El papel de los robots ensambladores en la cadena de montaje no es necesario ya que las impresoras en 3D generan piezas que están interconectas porque son construidas y plasmadas al mismo tiempo formando parte del mismo resultado gracias a las capas utilizadas digitalmente. La ventaja principal es el ahorro de los costes de transporte y del personal dedicado a encajar cada pieza fabricada.

4. Los pedidos en 3D pueden hacerse bajo demanda

La posibilidada de poder producir un objeto sobre la marcha permite que las empresas no estén tan sujetas al inventario y a los horarios estresantes del personal, que se ve en la tesitura de trabajar bajo presión y a contrarreloj. A su vez, cuando el tiempo de fabricación es inmediato los envíos a larga distancia pueden ser suprimidos fabricando in situ, en el lugar donde se requieren.

5. El diseño en 3D es ilimitado

Las herramientas y utensilios utilizados en el mundo físico están limitados y no pueden variar las formas, su función se reduce a la creación de piezas homogéneas con un molde predterminado. Estos procesos son muy dependientes del líquido empleado y del objeto solidificado final. Todos estos conceptos son superados al poder contar con diseños más experimentales y al poder emular las formas que solo se daban en la naturaleza.

6. La impresión 3D no requiere habilidad manual en el proceso

El esfuerzo y el tiempo invertidos en la formación y en la especialización artesanal pueden ser un incordio a la hora de producir y de obtener resultados rápidos. Hasta la producción en masa llevada a cabo por la maquinaria necesita de expertos que sepan manejar las funciones específicas y que sepan solucionar los problemas mecánicos que surjan. Con la impresión en 3D basta la contratación de un empleado de nivel medio sin que haya una alta cualificación de por medio.

7. La fabricación en 3D es compacta y portátil

Una impresora que fabrique en formato 3D puede realizar objetos tan grandes como los que le permita su cama de impresión y si encima cuenta con una configuración que le permita movilidad, llegarán a estar instaladas en sitios tan comunes como el hogar o las oficinas, dándoles así un uso diario y cotidiano rentable. El tamaño por lo tanto podrá ser adaptable al uso solicitado.

8. Los productos 3D generan residuos menos contaminantes

Los metales tradicionales empleados por las fábricas y las industrias desperdician un porcentaje del 90%, una cantidad mucho más nociva que la derivada del uso del material metálico utilizado para las nuevas impresoras, que saben aprovechar mejor la materia prima. Se estima que los materiales del futuro podrán llegar a ser totalmente ecológicos para el medioambiente.

9. Los usos 3D toleran una infinidad de materiales asimilables

Un único producto salido de una impresora 3D puede estar compuesto por distintas materias primas. Las máquinas tradicionales, por otra parte, llevan a cabo fases programadas para tallar, cortar y moldear materias determinadas que no permiten ningún tipo de mezcla y de variedad. La fusión de materiales puede dar paso a nuevos descubrimientos con los que poder explorar los horizontes de la construcción y la estructura o el ángulo de infraestructuras.

10. La reprodución en 3D consigue mayor precisión

Incluso la figura más diminuta puede estar replicada al menor detalle cuando es elaborada en este tipo de impresión. Los datos digitales permiten una calibración y una calidad prácticamente perfectas. Las técnicas de escaneo, digitalización, edición y duplicación continúan avanzando y garantizan la creación de objetos físicos exactos, que a pesar de ser réplicas, pueden hasta superar al original.

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